Hoy después de seis días indescriptibles con tu compañía, ahí estás de vuelta a nuestra querida Málaga, y parece que llegaste ayer.
Y es que, como bien se dice; cuando mejor estas más rápido pasa el tiempo. Gracias por tu visita, por participar en esta increíble experiencia de mi vida, por estos días llenos de sitios, de ilusión, de paseos, de berrinches, de locuras, de alturas y bajadas, de fotos, de fiestas, de risas y más risas.. Estos momentos como tantos otros siguen enriqueciendo esta amistad, si es que lo puedo llamar así, porque aunque no tengamos la misma sangre, ni los mismos apellidos, ni los mismos gustos, ni nos queramos las veinticuatro horas del día, para mí fuiste, eres y seguirás siendo mi hermana, hasta que la muerte nos separe.
Ninguna somos perfectas, ni mucho menos, más quisiéramos, ella tiene sus pros y sus contras, y yo mis contras y mis pros, pero las dos decidimos querernos así, como somos, como buenas hermanas.
¿Y yo? No la cambio por nada.
Ya me queda menos para volver a estar en casa, con los míos, con los tuyos y contigo.
He de decirte que hasta hoy no había terminado de comprender tu enfado por irme, no comprendía porque mi amiga se enfadaba conmigo en vez de alegrarse por mi, aunque eso en el fondo también lo hacías respetando mi decisión. Y hoy, hoy me he dado cuenta de lo importante que es esto, de lo importante que somos, tu en mi y yo en ti.
No te diré que no me eches de menos, porque sé que lo harás al igual que yo. Solo te digo que si hemos aguantado tantos años de amistad y hemos superado esta prueba de tiempo y de kilómetros y todo sigue igual por algo será amiga mía.
Te quiero y te necesito en mi vida, y con esto me he dado más cuenta aún de lo imprescindible que puede llegar a ser una persona en la vida de otra.
See you soon my friend.